La fiesta fallera, su concepción, su desarrollo y en definitiva su evolución, se han visto transformadas de una forma evidente en el último decenio
El monumento fallero es quizá el reflejo más evidente de esta paulatina e incontrolable transformación, y a pesar de las voces discordantes que surgen siempre a raíz de cualquier cambio, los artesanos falleros se han sumergido de lleno en un cambio productivo que difícilmente puede tener retroceso.